Estimados amigos, hoy no os voy a hacer reir, ni tan siquiera sonreir, pero cuando termine esta entrada espero contar con vuestro apoyo, estoy seguro de ello.
En septiembre del 2009, le diagnosticaron a mi mujer cáncer de mama, para toda nuestra familia y para todos nuestros amigos fué un mazazo difícil de encajar. Sólo pediamos la suerte necesaria para poder luchar contra la enfermedad, y mi mujer lo hizo con una entereza difícil incluso hasta de explicar. Conforme avanzaba el tratamiento ibamos viendo un poco de luz, y en resumen y hasta la fecha las cosas afortunadamente van muy bien.
Cuando teníamos que afrontar cada paso en casa, íbamos observando una serie de necesidades que nuestra situación personal y familiar nos permitió afrontar, pero pensamos que en algunos otros casos no podrían asumirse, por ejemplo, si una mujer quiere llevar peluca al perder el pelo con la quimioterapia, puede costarle de 500 a 2000 euros, puede parecer una tontería, pero en algunos casos, psicológicamente es muy importante. Si necesita tener alguna persona de ayuda para las tareas domésticas o de cuidado familiar, podría necesitar ayuda externa, si no se tiene la ayuda familiar que nosostros tuvimos. Los múltiples viajes de tratamiento y visitas pueden resultar muy gravosos para determinadas economías, y así unas cuantas cosas más que no están amparadas por las prestaciones sociales.
En ese momento se me ocurrió que podría hacer algo por los demás, que si teníamos la suerte necesaria para volver a nuestra situación familiar normal, lo haría, y para ello comenté con mi mujer lo que pensaba hacer, necesitaba contar con su apoyo, y desde el primer momento me lo dió.
Un buen día comenté con un amigo bodeguero, Juan Esteban de Bodegas y Viñedos Valderiz, tienes que crearme un vino, se llamará Centinela, y todos lo beneficios del mismo se destinarán a estas carencias que hemos observado para las mujeres de Tarazona, evidentemente en la medida que se pueda, pero que con el apoyo de todos, puede que en un futuro cercano pueda ser importante.
Juan no sólo aceptó el encargo con todas sus ganas, sino que toda su familia de bodegueros, se ha volcado para que este reto pueda ser una realidad. Se han encargado de todo a través de sus contactos como profesionales del sector y de momento se están encontrando una solidaridad muy importante, con lo que ya están trabajando por las mujeres, y en definitiva sus familias de Tarazona.
Me costó más tiempo del necesario conseguir el registro de marca, pero ya es de mi propiedad y este registro es necesario en Ribera del Duero para que el vino pueda salir a la luz y poder venderse, y ahora voy a cederlo a esta familia para que en pocos días el vino pueda estar en la calle.
Falta dar la forma legal oportuna a la "asociación" que haya de gestionar los fondos recaudados,(esto nos está costando también muchos quebraderos de cabeza), que no sólo lo serán por la venta de este vino, sino que vendrán acompañados de muchas actividades y eventos que sabéis somos capaces de organizar, y por lo tanto ya sólo falta vuestro apoyo e implicación en este proyecto solidario que tanto nos ilusiona en casa, y con el que cuento desde el principio, ya que la fuerza necesaria para todo esto, es la que ha sido capaz de consolidar una empresa en la que muy poca gente creía, VOSOTROS.
Gracías de antemano.
P.D.: El porqué del nombre del vino podéis verlo en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario